Ser latinoamericano
¿Pichon Riviére cómo autor latinoamericano?
Enrique Pichon Riviére
como autor latinoamericano, esta es la cuestión que nos propone Fernando Fabris
como encuadre del Seminario en homenaje a los cien años de la llegada de Pichon
a la Argentina llevado a cabo en la Biblioteca Nacional. Cuestión que da la
posibilidad de indagar e indagarnos, induciéndonos a preguntar por muchas cosas,
incluso por nosotros aquí y ahora llevándonos en primer lugar a tratar de definir:
¿Qué es ser
latinoamericano?
En la búsqueda de un Ser latinoamericano.
Comencemos a pensar
acerca de las bases del Ser latinoamericano, podemos decir que su origen es
producto de una embestida cultural generada por el hallazgo europeo de un continente.
Esta aleación humana, espiritual, cultural, que se produce en aquel momento de
la historia transforma y regenera la condición del Ser habitante de este
continente conjuntamente con el Ser europeo, nuevo habitante de este nuevo
mundo para él.
Sin duda, el análisis
dialéctico de dos civilizaciones que se fusionan en un momento de la historia y
generan el nacimiento de algo nuevo, de un nuevo ser, una Cosmovisión Latinoamericana
que se conformará con el correr del tiempo, nos aportará datos para la
comprensión del por qué de las características de lo latinoamericano planteado
por algunos intelectuales:
Ø
Ser Hispánico: católico, consumo-confort,
dominante-apropiador, tecnológico. Conciencia: soy alguien de acuerdo a lo que
poseo.
Ø Ser aborigen:
originario, ligado a la naturaleza, pagano, hospedado. Conciencia: estoy acá
“con” la naturaleza.
Esta unión de seres opuestos ha propulsado que Latinoamérica sea
etiquetada como:
Ø
Mestiza
Ø
Ladina
Ø
Periférica
Ø
Híbrida
Ø
En estado larvario
Ø
Crisol de razas
Ø
Raza cósmica
Y el Ser
latinoamericano definido por pensadores, filósofos, intelectuales como:
Ø
Ser promesa según Ortega.
Ø
Ser provisorio según Hegel.
Ø
Ser raza cósmica según Vasconcelos.
Ø
Ser como estar según Kusch.
Ø
Ser ladino según Martínez Estrada.
Ø
Ser criollo según Lugones, Rojas.
Ø
Ser bifronte según Caturelli.
Pensadores,
intelectuales, filósofos, ubicados en este lugar del mundo denominado
Latinoamérica en tres siglos sucesivos se han pronunciado fuertemente con
respecto a ciertos aspectos que tienen que ver con la decantación social,
cultural, ideológica generada por este entramado de culturas y nos dejan sus
mensajes, veamos que pensaron y escribieron sobre cómo debe el Ser
latinoamericano pensarse y elaborar soluciones para su condición
latinoamericana:
Juan Pablo Vizcardo y Guzmán (1748-1798)
Carta a los Españoles Americanos.
“El nuevo mundo es nuestra patria y su historia la
nuestra, y por ella es que debemos examinar nuestra situación presente para
determinar por ella nuestra índole”.
Juan Bautista
Alberdi (1810-1844)
Ideas para presidir a
la confección del curso de filosofía contemporánea.
“Nuestra
filosofía, pues, ha de salir de nuestras necesidades. Pues según estas
necesidades, ¿cuáles son los problemas que la América está llamada a establecer
y resolver en estos momentos?—Son los de la libertad, de los derechos y goces
sociales de que el hombre puede disfrutar en el más alto grado en el orden
social y político; son los de la organización pública más adecuada a las
exigencias de la naturaleza perfectible del hombre, en el suelo americano.
De aquí es que la
filosofía americana debe ser esencialmente política y social en su objeto,
ardiente y profética en sus instintos, sintética y orgánica en su método,
positiva y realista en sus procederes, republicana en su espíritu y destinos.
Hemos nombrado la
filosofía americana, y es preciso que hagamos ver que ella puede existir. Una
filosofía completa es la que resuelve los problemas que interesan a la
humanidad. Una filosofía contemporánea es la que resuelve los problemas que
interesan por el momento. América será la que resuelva el problema de los
destinos americanos. La filosofía, pues, una en sus elementos fundamentales
como la humanidad, es variada en sus aplicaciones nacionales y temporales. Y es
bajo esta última forma que interesa más especialmente a los pueblos. Lo que
interesa a cada pueblo es conocer su razón de ser, su razón de progreso y de
felicidad, y no es sino porque su felicidad individual se encuentra ligada a la
felicidad del género humano. Pero su punto de partida y de progreso es siempre
su nacionalidad.
Nimio de Anquín (1896-1979)
El ser visto desde América.
“Pero no se trata de pensar como europeos sino como
americanos, como hijos de este continente nuevo (…) La novedad de América nos
inclina a pensar en un presocratismo americano semejante al griego, aunque no
igual (…) Quien filosofe genuinamente como americano no tiene otra salida que
el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial”.
Estos textos acerca
de la ciencia madre de la psicología nos conducen a puntos en común con la
teoría de la psicología social de Pichon Riviere. En primer lugar la relación
dialéctica mutuamente modificante con el mundo, en segundo lugar la necesidad
como resorte movilizador de esa relación con el contexto y en tercer lugar plantear
al sujeto como ser crítico y protagonista de sus condiciones concretas de
existencia, de su realidad. Sin duda existe la condición latinoamericana,
planteada por estos tres pensadores en el paradigma de Pichon Riviére:
“Entiendo al hombre como configurándose en una
actividad transformadora, en una relación mutuamente modificante con el mundo,
relación que tiene su motor en la necesidad…La elaboración de un criterio de
salud al que nosotros llamamos adaptación activa, significa el análisis de las
formas que reviste la relación del sujeto con el mundo, de las formas que
reviste esa relación constitutiva del hombre como tal…” Enrique Pichon Riviére,
1973.
Enrique Pichon Riviére es un
autor latinoamericano.
Comienza el siglo xx.
Enrique Pichon Riviére nace en Suiza de padres franceses. Llega a la Argentina
desde lo “universal”. Vive con su familia en el Chaco luego viaja a Corrientes,
Goya. Su vida cotidiana es compartida con los guaraníes, los recuerdos de niño
se relacionan con Europa. Ya se da una conjugación existencial en sus primeros
años de vida: aborígenes, criollos, europeos.
Y explica en el
prólogo del Proceso Grupal:
“Podría
decir que mi
vocación por las
Ciencias del Hombre
surge de la
tentativa de resolver la
oscuridad del conflicto
entre dos culturas.
A raíz de
la emigración de
mis padres desde Ginebra
hasta el Chaco,
fui desde los
4 años testigo
y protagonista, a
la vez, de
la inserción de un
grupo minoritario europeo en un estilo
de vida primitivo.
Se dio así
en mí la incorporación,
por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi
opuestos. Mi interés por la observación
de la realidad
fue inicialmente de
características precientíficas y,
más exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo
una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica.”
Aquí encontramos que Pichon da en el punto de urgencia
latinoamericano:
La unión de dos culturas que se fusionan y
generan un nuevo emergente existencial: el Ser latinoamericano.
Estamos obligados a plantear la condición
latinoamericana de Pichon Riviére frente a la realidad que como Latinoamericanos
nos toca vivir, vale decir, ser gringo,
criollo u originario es definitivamente ser latinoamericano. Esto significa “ser”
de acuerdo a una historia común (“novela familiar continental”) que se difumina
tal vez y se nos presenta en el transcurso de los hechos con aspectos que se mantienen
en las sombras, jugando un rol desde lo implícito, productores de cierta
ansiedad depresiva que nos mantiene en la estereotipada y enfermiza búsqueda de
algo que se cree perdido.
En este sentido el desentrañar, desde la acción grupal,
aquello que obstaculiza, que cuesta enfrentar, que genera altos niveles de
angustia, estereotipando conductas y generando una adaptación pasiva a la
realidad es uno de los puntos del paradigma de Enrique Pichon Riviére y se
puede pensar como el dilema del Ser latinoamericano:
El dolor producido por el ocultamiento de nuestra verdad como seres
colonizados, de nuestra historia como pueblo masacrado escotomizando aspectos
importantes de nuestra identidad. Sumado el hecho de ser políticamente correcto
instalarse a la escucha naturalizada e imitativa de los pensadores extranjeros
que nos proponen ubicados en el polo dialéctico del amo lo que piensan tan
acertadamente (¿?) sobre nuestra realidad.
Nuestra tarea para
lograr el protagonismo Latinoamericano debe ser aprender, comunicar, esclarecer,
superar obstáculos, elaborar angustias, vencer las resistencias al cambio, iatrogenizar
logrando proyectar esperanzadamente y mediante la acción construir desde el
protagonismo transformador nuestra realidad sin mas intervenciones “del afuera
apropiador” de todo aquello esencial y valiosamente latinoamericano.
Pensando en el sujeto (Ser latinoamericano) como
portavoz enunciador de lo latente que se encuentra en la totalidad grupal
(Latinoamérica) que se resiste al cambio, la propuesta es la teoría y la praxis
de la psicología social de Pichon como herramienta, decodificando y haciendo explícito lo implícito, desocultando para enfrentar, resolver y aceptar la
incertidumbre de lo latinoamericano, instalada concretamente por la invisibilidad
característica del proceso socio-histórico desarrollado desde la colonización
española y por la dominación del ámbito intelectual de la intelligentzia foránea y local cómplice de ella, y podamos señalar:
Esta es nuestra identidad latinoamericana. Esto somos
nosotros. Creados por nuestra historia, tal vez no demasiado precisa o no
documentada por cierto, resultado de sucesos con carga negativa pero definida
por nosotros como protagonistas y críticos de nuestras condiciones concretas de
existencia sin la necesidad de que el Norte, París o cualquiera nos deba
explicar y definir cómo, por qué y quién es el Ser latinoamericano. A partir de
aquí podremos comenzar a cumplir nuestra tarea.
Sin ninguna duda el primer paso será comenzar a
rescatar del olvido a nuestros pensadores, intelectuales, filósofos, científicos,
etc. latinoamericanos y revalorizarlos, leerlos, estudiarlos, asimilarlos, que
se conviertan en el trampolín de un fresco, actual y revitalizado pensamiento latinoamericano.
En ellos y en nosotros está la clave de la resolución de nuestros problemas
como continente y como Ser latinoamericano.
Enrique Pichon Riviére es punto de partida en el plano
de la salud mental comunitaria y quienes nos sentimos llamados a trabajar en
este terreno debemos reivindicar esta teoría muy nuestra, esta teoría nacida en
Argentina, a este “Gran Autor verdadera e incuestionablemente Latinoamericano”.