Fotografía: Doctor Enrique Pichon Riviére

martes, 18 de junio de 2013

                                  Ser latinoamericano


¿Pichon Riviére cómo autor latinoamericano?

Enrique Pichon Riviére como autor latinoamericano, esta es la cuestión que nos propone Fernando Fabris como encuadre del Seminario en homenaje a los cien años de la llegada de Pichon a la Argentina llevado a cabo en la Biblioteca Nacional. Cuestión que da la posibilidad de indagar e indagarnos, induciéndonos a preguntar por muchas cosas, incluso por nosotros aquí y ahora llevándonos en primer lugar a tratar de definir:
¿Qué es ser latinoamericano?

En la búsqueda de un Ser latinoamericano.

Comencemos a pensar acerca de las bases del Ser latinoamericano, podemos decir que su origen es producto de una embestida cultural generada por el hallazgo europeo de un continente. Esta aleación humana, espiritual,  cultural, que se produce en aquel momento de la historia transforma y regenera la condición del Ser habitante de este continente conjuntamente con el Ser europeo, nuevo habitante de este nuevo mundo para él.
Sin duda, el análisis dialéctico de dos civilizaciones que se fusionan en un momento de la historia y generan el nacimiento de algo nuevo, de un nuevo ser, una Cosmovisión Latinoamericana que se conformará con el correr del tiempo, nos aportará datos para la comprensión del por qué de las características de lo latinoamericano planteado por algunos intelectuales:

Ø  Ser Hispánico: católico, consumo-confort, dominante-apropiador, tecnológico. Conciencia: soy alguien de acuerdo a lo que poseo.

Ø  Ser aborigen: originario, ligado a la naturaleza, pagano, hospedado. Conciencia: estoy acá “con” la naturaleza.

Esta unión de seres opuestos ha propulsado que Latinoamérica sea etiquetada como:

Ø  Mestiza
Ø  Ladina
Ø  Periférica
Ø  Híbrida
Ø  En estado larvario
Ø  Crisol de razas
Ø  Raza cósmica

Y el Ser latinoamericano definido por pensadores, filósofos, intelectuales como:

Ø  Ser promesa según Ortega.
Ø  Ser provisorio según Hegel.
Ø  Ser raza cósmica según Vasconcelos.
Ø  Ser como estar según Kusch.
Ø  Ser ladino según Martínez Estrada.
Ø  Ser criollo según Lugones, Rojas.
Ø  Ser bifronte según Caturelli.

Pensadores, intelectuales, filósofos, ubicados en este lugar del mundo denominado Latinoamérica en tres siglos sucesivos se han pronunciado fuertemente con respecto a ciertos aspectos que tienen que ver con la decantación social, cultural, ideológica generada por este entramado de culturas y nos dejan sus mensajes, veamos que pensaron y escribieron sobre cómo debe el Ser latinoamericano pensarse y elaborar soluciones para su condición latinoamericana:

Juan Pablo Vizcardo y Guzmán (1748-1798)
Carta a los Españoles Americanos.
“El nuevo mundo es nuestra patria y su historia la nuestra, y por ella es que debemos examinar nuestra situación presente para determinar por ella nuestra índole”.

Ideas para presidir a la confección del curso de filosofía contemporánea.
“Nuestra filosofía, pues, ha de salir de nuestras necesidades. Pues según estas necesidades, ¿cuáles son los problemas que la América está llamada a establecer y resolver en estos momentos?—Son los de la libertad, de los derechos y goces sociales de que el hombre puede disfrutar en el más alto grado en el orden social y político; son los de la organización pública más adecuada a las exigencias de la naturaleza perfectible del hombre, en el suelo americano.
De aquí es que la filosofía americana debe ser esencialmente política y social en su objeto, ardiente y profética en sus instintos, sintética y orgánica en su método, positiva y realista en sus procederes, republicana en su espíritu y destinos.
Hemos nombrado la filosofía americana, y es preciso que hagamos ver que ella puede existir. Una filosofía completa es la que resuelve los problemas que interesan a la humanidad. Una filosofía contemporánea es la que resuelve los problemas que interesan por el momento. América será la que resuelva el problema de los destinos americanos. La filosofía, pues, una en sus elementos fundamentales como la humanidad, es variada en sus aplicaciones nacionales y temporales. Y es bajo esta última forma que interesa más especialmente a los pueblos. Lo que interesa a cada pueblo es conocer su razón de ser, su razón de progreso y de felicidad, y no es sino porque su felicidad individual se encuentra ligada a la felicidad del género humano. Pero su punto de partida y de progreso es siempre su nacionalidad.

Nimio de Anquín (1896-1979)
El ser visto desde América.

“Pero no se trata de pensar como europeos sino como americanos, como hijos de este continente nuevo (…) La novedad de América nos inclina a pensar en un presocratismo americano semejante al griego, aunque no igual (…) Quien filosofe genuinamente como americano no tiene otra salida que el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial”.
Estos textos acerca de la ciencia madre de la psicología nos conducen a puntos en común con la teoría de la psicología social de Pichon Riviere. En primer lugar la relación dialéctica mutuamente modificante con el mundo, en segundo lugar la necesidad como resorte movilizador de esa relación con el contexto y en tercer lugar plantear al sujeto como ser crítico y protagonista de sus condiciones concretas de existencia, de su realidad. Sin duda existe la condición latinoamericana, planteada por estos tres pensadores en el paradigma de Pichon Riviére:
“Entiendo al hombre como configurándose en una actividad transformadora, en una relación mutuamente modificante con el mundo, relación que tiene su motor en la necesidad…La elaboración de un criterio de salud al que nosotros llamamos adaptación activa, significa el análisis de las formas que reviste la relación del sujeto con el mundo, de las formas que reviste esa relación constitutiva del hombre como tal…” Enrique Pichon Riviére, 1973.

Enrique Pichon Riviére es un autor latinoamericano.

Comienza el siglo xx. Enrique Pichon Riviére nace en Suiza de padres franceses. Llega a la Argentina desde lo “universal”. Vive con su familia en el Chaco luego viaja a Corrientes, Goya. Su vida cotidiana es compartida con los guaraníes, los recuerdos de niño se relacionan con Europa. Ya se da una conjugación existencial en sus primeros años de vida: aborígenes, criollos, europeos.
Y explica en el prólogo del Proceso Grupal:
“Podría  decir  que  mi  vocación  por  las  Ciencias  del  Hombre  surge  de  la  tentativa  de  resolver la  oscuridad  del  conflicto  entre  dos  culturas.  A  raíz  de  la  emigración  de  mis  padres  desde Ginebra  hasta  el  Chaco,  fui  desde  los  4  años  testigo  y  protagonista,  a  la  vez,  de  la  inserción  de un  grupo minoritario  europeo  en  un  estilo  de  vida  primitivo.  Se  dio  así  en  mí  la  incorporación, por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos.  Mi interés por la   observación   de   la   realidad   fue   inicialmente   de   características   precientíficas   y,   más exactamente, míticas y mágicas, adquiriendo una metodología científica a través de la tarea psiquiátrica.”
Aquí encontramos que Pichon da en el punto de urgencia latinoamericano:
 La unión de dos culturas que se fusionan y generan un nuevo emergente existencial: el Ser latinoamericano.
Estamos obligados a plantear la condición latinoamericana de Pichon Riviére frente a la realidad que como Latinoamericanos nos toca vivir, vale decir,  ser gringo, criollo u originario es definitivamente ser latinoamericano. Esto significa “ser” de acuerdo a una historia común (“novela familiar continental”) que se difumina tal vez y se nos presenta en el transcurso de los hechos con aspectos que se mantienen en las sombras, jugando un rol desde lo implícito, productores de cierta ansiedad depresiva que nos mantiene en la estereotipada y enfermiza búsqueda de algo que se cree perdido.
En este sentido el desentrañar, desde la acción grupal, aquello que obstaculiza, que cuesta enfrentar, que genera altos niveles de angustia, estereotipando conductas y generando una adaptación pasiva a la realidad es uno de los puntos del paradigma de Enrique Pichon Riviére y se puede pensar como el dilema del Ser latinoamericano:
El dolor producido por el ocultamiento de nuestra verdad como seres colonizados, de nuestra historia como pueblo masacrado escotomizando aspectos importantes de nuestra identidad. Sumado el hecho de ser políticamente correcto instalarse a la escucha naturalizada e imitativa de los pensadores extranjeros que nos proponen ubicados en el polo dialéctico del amo lo que piensan tan acertadamente (¿?) sobre nuestra realidad.
 Nuestra tarea para lograr el protagonismo Latinoamericano debe ser aprender, comunicar, esclarecer, superar obstáculos, elaborar angustias, vencer las resistencias al cambio, iatrogenizar logrando proyectar esperanzadamente y mediante la acción construir desde el protagonismo transformador nuestra realidad sin mas intervenciones “del afuera apropiador” de todo aquello esencial y valiosamente latinoamericano.
Pensando en el sujeto (Ser latinoamericano) como portavoz enunciador de lo latente que se encuentra en la totalidad grupal (Latinoamérica) que se resiste al cambio, la propuesta es la teoría y la praxis de la psicología social de Pichon como herramienta, decodificando y  haciendo explícito lo implícito, desocultando  para enfrentar, resolver y aceptar la incertidumbre de lo latinoamericano, instalada concretamente por la invisibilidad característica del proceso socio-histórico desarrollado desde la colonización española y por la dominación del ámbito intelectual de la intelligentzia foránea y local cómplice de ella, y podamos señalar:
Esta es nuestra identidad latinoamericana. Esto somos nosotros. Creados por nuestra historia, tal vez no demasiado precisa o no documentada por cierto, resultado de sucesos con carga negativa pero definida por nosotros como protagonistas y críticos de nuestras condiciones concretas de existencia sin la necesidad de que el Norte, París o cualquiera nos deba explicar y definir cómo, por qué y quién es el Ser latinoamericano. A partir de aquí podremos comenzar a cumplir nuestra tarea.
Sin ninguna duda el primer paso será comenzar a rescatar del olvido a nuestros pensadores, intelectuales, filósofos, científicos, etc. latinoamericanos y revalorizarlos, leerlos, estudiarlos, asimilarlos, que se conviertan en el trampolín de un fresco, actual y revitalizado pensamiento latinoamericano. En ellos y en nosotros está la clave de la resolución de nuestros problemas como continente y como Ser latinoamericano.

Enrique Pichon Riviére es punto de partida en el plano de la salud mental comunitaria y quienes nos sentimos llamados a trabajar en este terreno debemos reivindicar esta teoría muy nuestra, esta teoría nacida en Argentina, a este “Gran Autor verdadera e incuestionablemente Latinoamericano”.