Bebí el agua de su cuerpo.
Imán desencajado, húmedo y errático.
Un estruendo. El grito.
Aturdido y melancólico…
La tristeza en sus ojos, la acidez de su saliva.
Astillas de pánico y recuerdos…
Lacerándome. Huyo.
Salvaje y ardiente me agito y lloro.
Sólo su cuerpo y su voz.
Su esencia oscura, flagelada.
Sólo era ella, sólo era eso.
Un hermoso rostro…
en las tinieblas.
Muy bueno
ResponderEliminarHermoso!
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